Al parecer para trabajar con niños además de la preparación profesional, necesitamos tener vagina, no quiero, ni pienso generalizar, pero así como suele generarse ese perfil maligno basado en estereotipos ancestrales, que impide o hace ver mal que una mujer se desarrolle profesionalmente en un ambiente en el que se tiene que esforzar el doble para obtener las mismas oportunidades que un hombre, pareciera también que los hombres no tenemos permitido desempeñarnos en gran cantidad de actividades que, tradicionalmente, eran realizadas desde el ámbito profesional, por mujeres. La que me aqueja a mí (y es la que más dolores de cabeza me ha provocado) es la del ramo educativo o que tiene que ver con estar a cargo de niños.
Quisiera poder expresar una respuesta certera de por qué se me han cerrado las puertas para trabajar en varias ocasiones por no ser mujer, sin embargo ni siquiera encuentro una explicación certera de ello. ¿Recuerdan cuando eran niños y sus madres los llevaban al baño público de mujeres para poder estar supervisándolos en lugar de permitirles entrar por su cuenta al de hombres? Pareciera que todos los hombres tenemos un gen depredador sexual que erotiza a toda persona con la que convivimos.
En algunos empleos me han dicho que por cuestiones de convivencia con población infantil, en especial con las niñas, un hombre no puede hacerse cargo de asuntos personales más allá de la educación, porque pueden generar mal entendidos y ser vulnerables a problemas legales. Entonces en realidad las instituciones nos están protegiendo, muchas gracias.
En otros empleos me han mencionado que los padres no tienen confianza y no se sienten seguros al dejar a sus hijos con un hombre, tal vez creen que se van a quedar en un cuarto aislado, sin absoluta supervisión, con personas con nula ética profesional. En fin, es lo que me han dicho, cierto o no, la especulación aquí no es la respuesta.
Una situación en la que es bastante tangible es en las ofertas de trabajo que he encontrado en internet, si en el buscador pongo “psicólogo”, todos los trabajos que tienen que ver con estar a cargo de niños, tienen como encabezado “Se busca psicóloga” o aparece tal cual lo estoy buscando pero a la hora de seleccionar la vacante y ver los detalles aparecen cosas como “Se busca psicólogo, que sea proactiva, carismática, con buena presentación, etc”, dejando en claro que si, puedo postularme, pero mis aptitudes no están en femenino, por lo que me será imposible calificar para la vacante.
Necesito hacer una aclaración sobre todo esto, mi intención no es victimizarme, ni denunciar que las mujeres son unas malditas o que las instituciones son vaginocentristas, yo sé que existen instituciones a las que les importa poco el género de sus trabajadores, siempre y cuando cumplan con las habilidades y conocimientos requeridos para poder trabajar con niños, estoy completamente de acuerdo en que las oportunidades de trabajo sean enfocadas en buscar un perfil profesional más que uno en el que pese más el género, pero lo repito, el arraigo cultural que se tiene en los trabajos no deja que las personas en edad laboral puedan desempeñarse profesionalmente en el área de su elección.
Esto también tiene un arraigo bastante significativo para las mujeres, ¿Cuantas veces no hemos escuchado del instinto materno? Ese no sé qué que todas las mujeres por genética, y según la sociedad, deben de tener (bonita humanidad con mujeres genéticamente destinadas a ser madres y hombres genéticamente destinados a cogerse todo lo que se mueva). Al mencionar el tan enaltecido instinto materno de las mujeres, lo digo en el sentido de que incluso para ellas el mercado laboral, siguiendo estos estereotipos, sigue siendo reducido, quiere decir que una mujer solo puede desempeñarse profesionalmente en algo que sea como una extensión de las actividades que realizan sus símiles como amas de casa (estar al cuidado de niños, hacer de comer, hacer la limpieza del hogar).
Afortunadamente esto se presenta cada vez menos, gracias a personas que, sabiendo el peso social que tienen en sus manos al contratar personal, pueden definir mejor sus puestos, generar las exigencias específicas de conocimientos y habilidades y provocar, de una vez por todas, que la cuestión de género, quede de lado para elegir a un candidato.