Netflix estrenó la tercera temporada de la que es una de las comedias mas infravaloradas de la actualidad, una serie que ha sabido mantenerse vigente y con la suficiente cantidad de episodios y que temporada tras temporada ha mantenido el mismo nivel de drama y comedia para no dejar de ser entretenida. Considero injusto que sea tan ignorada en todas las entregas de premios a lo mejor de la televisión, siendo que hay series tan mediocres que siguen y siguen premiando a lo largo de los años.
En esta nueva temporada seguimos a las dos protagonistas en su ir y venir con el proyecto de vibradores que idearon en la temporada pasada, ahora teniendo materializado su objetivo, probando que verdaderamente sus vibradores funcionan para las mujeres de la tercera edad, surge la pregunta ¿Y cómo lo vendemos?, es ahi cuando deciden ir a probar suerte a bancos, startups, empresas del mismo tipo y en todas obtienen la misma respuesta negativa. ¿A caso son demasiado viejas para ser emprendedoras?
A la vez que Grace y Frankie tienen problemas emprendiendo, Sol y Robert se enfrentan con otra de las situaciones que casi siempre vienen con la vejez, el retiro, mientras que Robert se encuentra muy feliz con la idea de dejar de trabajar y dedicarse completamente a otro tipo de actividades que le apasionan, Sol se rehúsa a retirarse y dejar el grupo de abogados enteramente en manos de su hijo, sin embargo la misma dinámica laboral lo está obligando a hacerlo. Robert ha encontrado un nuevo quehacer, ahora se dedica a actuar en una pequeña compañía de teatro comunitario, cosa que lo tiene bastante contento.
Por si fuera poco estas no son las únicas subtramas de la temporada, existe otra aún más intrigante y que de verdad te hace pensar en donde va a parar la cuarta temporada, es la que tiene que ver con la fragilidad a la que naturalmente deben de enfrentarse los cuerpos de sus protagonistas, tanto Grace como Frankie se comienzan a preocupar más que antes en su estado de salud, y no es para menos cuando a ambas les ha pasado algo que las preocupa y preocupa a su familia bastante. La forma en la que sus hijos tratan de solucionarlo no parece la más aceptada o adecuada para ellas dos, y eso más que unirlas más a ellos, los separa.
Nos topamos ahora con una temporada muy completa, en la que cada subtrama es hilada de manera concisa para seguir demostrándonos lo mucho que sus protagonistas tienen que esforzarse para salir adelante en un entorno que las considera casi de sobra, y que con su creciente éxito demuestran que están mas vigentes que nunca. En esta ocasión no se tienen reparos en volver las situaciones un poco más complejas, si bien sigue estando ahí la resolución fácil de conflictos que tanto ha caracterizado a la serie, ahora vemos a los personajes un poco más preocupados por donde pueden llegar las consecuencias de las decisiones que toman o el como actúan ante estas.
Las actuaciones siguen siendo excelentes, es notorio que todos los actores se llevan muy bien al ver su trabajo bien realizado. Nos encontramos también con nuevos personajes que aportan cosas interesantes a la trama aunque algunos sean insoportables (como los compañeros de teatro de Robert).
El guión es como siempre una maravilla, simpático y enternecedor por igual, sigue capturando aspectos esenciales sobre como vivir la tercera edad de forma plena y sintiendo orgullo de pertenecer a ese sector de la población, pero sobre todo haciéndonos ver que, independientemente de la edad, todavía tenemos derecho a cagarla y aprender de nuestros errores. Esperemos que eso siga siendo lo que mueve a la serie por muchas, muchas temporadas más.
No es de gratis que me parezca que la serie es infravalorada, no solo porque me gusta mucho, de verdad desconozco el por qué la crítica no voltea a verla con tan buenos ojos, o no la considera sobresaliente si está bien hecha, es brillante, y no tiene un solo capítulo que no te arranque una carcajada.