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ALIEN COVENANT: EN EL ESPACIO NADIE ESCUCHARÁ A TU ESTÚPIDA TRIPULACIÓN

El 12 de mayo se estrenó la segunda precuela de la saga Alien, para la cual rogaba a todos los santos que no fuera como Prometheus, con tantos hoyos argumentales que harían pasar una tormenta de meteoritos entre ellos sin ningún problema. Así fue, la película no resultó escrita igual que Prometheus, pero tampoco fue la gran cosa, y a pesar de lo que nos mostraban los trailers y teasers, la verdad si le hizo falta mucha más tensión. La película narra cómo la tripulación de Covenant despierta tiempo antes que su nave llegue al planeta indicado debido a que sufre un accidente en el que muere el capitán. Debido a esto la misión de repoblar un nuevo planeta con características similares a la tierra queda en manos del segundo al mando. Todos sus planes se cambian cuando reciben un mensaje que les es incomprensible pero que rastrean hasta un planeta mucho más cercano que el de su destino. En dicho planeta ven oportunidades incluso más favorables para la supervivencia humana que en su destino original, eso y el evitar volver a sus cápsulas de sueño que ahora también les representan un riesgo, los hace decidir bajar a investigar dicho planeta. En el encontrarán no solo condiciones similares a la tierra, sino que, unas esporas generar criaturas hostiles que para el espectador resultan una forma primitiva de xenomorfo. Es en este planeta virgen en donde ocurre la continuidad con lo planteado anteriormente en Prometheus, los tripulantes se encontrarán con una especie alienígena que les acarreará bastantes problemas, así como la ayuda de David, el androide de la anterior cinta quien encuentra una fascinación casi humana por Walter, el androide del Covenant quien es idéntico a él, sin embargo, ¿Podremos confiar enteramente en David? La trama de esta cinta, como ya lo dije antes, acierta en relación a su antecesora al dejar de meter tantos elementos para generar una mitología que le sea difícil desarrollarlos todos en algo que resulte redondo y logre que la trama se explique por sí misma, sin embargo falla en generar credibilidad debido a que todo lo que sucede en la cinta es debido a decisiones equivocadas y estupideces de sus personajes, mismos que resultan fuera de todo sentido común y ninguno es dotado de algún elemento que genere empatía con el espectador. Los únicos que resultan personajes bien escritos y actuados, son los androides interpretados por Fassbender, de ellos se comprenden las situaciones difíciles por las que tienen que pasar, empatizas con el objetivo de cada uno e incluso se dan tiempo de generar tensión sexual entre ambos, ellos resultan la figura central de estas precuelas con un peso igual de importante que Ripley en la saga original. Otro punto en contra es el manejo de la tensión y el cómo nos la pintaban en los trailers, tensión similar al horror que nos hacía sentir la primera parte desde su estreno allá por 1979 y que ya viendo esta entrega queda relegado a un par de escenas que resultan lo mejor de toda la película, el resto del metraje, como ya lo mencioné, es plano e irrelevante hasta cierto punto, una vez que se nos explica el como David llegó hasta donde estaba, la cinta y todo lo que representa la saga se vuelve tan retorcido, que dan ganas de volver a ver todas ahora teniendo este dato en mente, ese, creo yo, es un planteamiento por el que vale la pena esta cinta. Para terminar con los aspectos negativos, me resultó una tomadura de pelo el que hayan omitido muchas escenas de los trailers y lo que nos mostraron en los teasers, me parece también un desperdicio que incluyan en los créditos a Noomi Rapace y James Franco quienes solo aparecen en fotos, solo eso, es una tomadura de pelo equiparable a Suicide Squad (solo en esto que menciono, no en la calidad de la cinta, porque hasta eso está mejor hecha esta que la de los villanos de DC). Pese a todo eso me gustó, la disfruté mucho y sin duda quiero ver mas y más secuelas de Alien, porque amo esta saga y la encuentro bastante interesante a pesar de sus puntos malos, solo espero que Ridley Scott deje de hacerlas tan bobas y se centre en algo tan convincente y trascendente como aquella vez que, hace casi 40 años, se vio por primera vez salir un extraño alien de forma violenta y fascinante del estómago de un ser humano.


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