Hoy en día Sofia Coppola se ha convertido en una directora de la que es obligatorio ver la nueva película que haya sacado, por ello no me es extraño que las personas hayan visto esta cinta con altas expectativas y que al final, no le haya ido tan bien con la crítica. Algunos mencionan que no es mejor que la película original de los años 70’s (protagonizada por Clint Eastwood), debido a que no he visto esa cinta, no me hice de ningún criterio ni expectativa al respecto, pero, repito, lo que tuvo mis expectativas altas fue que se trataba del regreso de una muy buena directora y que además contaba con un cast muy bueno (Kidman, Farrell, Dunst y Fanning, ya se antojaba verlos juntos en algún lado), al final, ¿Cumplió con las expectativas? veamos…
La cinta bien podemos partirla en los actos que la componen y cada uno de ellos tiene una calidad distinta que, a la hora de valorar a la película en su totalidad si se llega a tener algo de conflicto. El planteamiento de la cinta mantiene un halo de suspenso inusual en Coppola, una chica descubre a un soldado herido en el bosque que está junto a la escuela de señoritas en la que ella es alumna, el soldado tiene puesto un uniforme del ejército del norte, es la guerra civil norteamericana y el norte con sus ideas liberales se enfrenta a los conservadores estados del sur, en donde se ubica geográficamente la ya mencionada escuela. La chica decide llevar al soldado con su maestra para que ella vea que puede hacer con él, al principio las alumnas y las maestras se escandalizan al ver no solo el cuerpo de un hombre, sino de uno que pertenece al ejército contrario y con el que se sienten indefensas al estar solo ellas sin nadie que les pueda ayudar en caso de que el extraño resulte ser hostil. Deciden tomar el riesgo y lo alojan en la escuela hasta que se recupere, a lo que él les promete que en cuanto lo haga se irá de ahí.
Esta primera parte comienza muy bien, sabe darse su tiempo para poder presentarnos a los personajes de una forma más natural que no los muestra nadamás porque sí ante la cámara, sin embargo después de un rato comienza a ser muy tediosa, la cotidianeidad de las chicas es presentada con la intención de que el espectador se introduzca en una atmósfera de un muy sutil erotismo, pero falla al no darle consistencia a esto hasta que no llegamos al nudo de la trama.
Las cosas se complican cuando las chicas, todas ellas adolescentes, comienzan a insinuarse al desconocido que ha llegado a su entorno, las dos maestras de la escuela también hacen lo propio, una con más prisa que la otra pero todo se convierte en un caos cuando todas ellas compiten por llamar la atención del sujeto y hacerlo sentir cómodo para cortejarlo de la forma doblemoralista que siempre impera en los lugares rurales. La postura del soldado no ayuda a esclarecer sus intenciones, tiene un comportamiento ambiguo, que no sabemos si sus respuestas hacia el cortejo son honestas, se hace el difícil para tenerlas a todas comiendo aún más de la palma de su mano o es alguien inocente que ni siquiera se da cuenta que todas se mueren por el.
En ésta parte es donde el lucimiento histriónico de las actrices que dan vida a las alumnas llega a su punto más sobresaliente, todas aprovechan esas pequeñas o largas escenas para seducir, no solo a Colin Farrell, sino al espectador que no hace más que apreciar el buen trabajo que hacen todas en su papel, con personajes que no dejan de ser inocentes pero que saben que han llegado a una edad en la que, si lo desean, pueden usar sus encantos para atraer a personas del sexo opuesto. Debido a lo desinteresado que nos deja el primer acto, la entrada a este segundo acto no termina de encantar hasta que los personajes llegan a grados tales de acción que nos es imposible reír y soltar exclamaciones sobre lo que las protagonistas hacen o están dispuestas a hacer para obtener la atención del otro, incluso la competencia entre todas ellas es un buen ejemplo de lo excelente que puede ser Sofia Coppola como guionista, con diálogos punzantes, sutiles y directos dependiendo el personaje que los recite.
El desenlace abandona cualquier sutileza y lleva a los personajes a momentos de verdadera tensión y locura, explota muy bien las emociones contenidas durante toda la cinta y atrapa completamente al espectador, una vez que las chicas han comenzado a convivir con el soldado, se vuelven cada vez más sustanciosas sus interacciones con él, una maestra logra enamorarse de él y planea irse con él una vez que se recupere completamente, sin embargo las demás y él mismo no quieren que se vaya, un desafortunado encuentro nocturno desata un sinfín de enredos en los que nadie sale bien librado, para ello las chicas deben decidir si se unen y dejan de lado su competencia o si quieren seguir con la inseguridad que ahora les inspira este nuevo inquilino.
Para esta última parte, Kidman, Dunst y Farrell entregan sus mejores momentos, con una carga dramática necesaria para el lucimiento de sus personajes, nos dejan en claro su talento y hacen que se nos olvide (por lo menos hasta que la película finaliza) de los ratos aburridos que contiene el filme. Es un muy buen desenlac, satisfactorio para el rumbo al que la cinta nos estaba llevando, y se agradece que no se tome ninguna especie de solemnidad hacia ningún personaje.
Como la gran mayoría de las cintas de época, cuenta con un diseño de producción impecable, los interiores monocromáticos con uno que otro detalle en colores nada llamativos y las paredes abarrotadas de velas hacen un entorno que puede resultar tétrico, sacado de alguna cinta de terror gótico. El vestuario con predominantes colores pastel nos recuerda más a las cintas de época actuales que a las clásicas, no son vestuarios exuberantes sino piezas más conservadoras que aún así generan un muy buen contraste con el ya mencionado decorado de la escuela.
La fotografía es magnífica, la iluminación de velas hace que las tomas nocturnas sean maravillosas, enfocando con la luz siempre al centro del cuadro y dejando lo demás en una oscuridad casi completa hacen sentir una especie de entorno de calidez que poco a poco se va perdiendo conforme avanza la trama, no hay tomas arriesgadas, todo está muy bien cuidado y sigue la línea conservadora que tienen muchos otros aspectos de la cinta.
El único aspecto técnico que me quedó a deber es el de la música, es demasiado sutil, tanto que preferiría que no hubiera, más que las piezas que las alumnas interpretan dentro de la misma película, los demás tracks aparecen en muy contadas escenas y no aportan nada a las mismas, ya es el segundo trabajo que la banda Phoenix compone para Sofía Coppola y en ambas ocasiones resultan completamente desperdiciados (la anterior es Somewhere, una película en la que absolutamente todo es desperdiciado), esperemos que esta mancuerna por fin llegue a algo sustancioso y que se pueda apreciar de buena manera.
Podemos concluir diciendo que es una cinta que retrata el deseo, el erotismo y la sutileza no solo en su argumento sino en su ritmo, no me parece en absoluto la mejor película de su directora y difícilmente la veo compitiendo en alguna entrega de premios.