Joe Wright es un director que, desde su opera prima ha figurado en las entregas del Oscar, a veces en categorías meramente técnicas y con la película que nos tiene aquí y Atonement, logrando entrar a la categoría principal (siguen sin nominarlo como mejor director), siempre preocupado porque sus películas sean impecables en su puesta en escena y dar al espectador un vehículo de entretenimiento que además funcione como una revisión histórica y estética inigualable. Si bien Darkest Hours puede no ser su mejor película, es sin duda una de las mejores que he visto sobre la historia política de gran bretaña, en la que Wright no pierde la oportunidad de trasladar su ojo preciosista a una propuesta más oscura que lo que nos tiene acostumbrados, una cinta en la que las historias de amor típicas de su cine son reemplazadas por el patriotismo y la necesidad de Winston Churchill de defender a su país y no firmar tratados de paz con un país del que se espera todo menos eso.
Tal vez sea injusto que no se haya nominado a Joe Wright como mejor director (aunque considero que esa es la categoría más interesante y completa de esta entrega), sin embargo lo que más luce de esta cinta ha estado presente en todas las entregas de premios, eso es la interpretación magistral de Gary Oldman, quien se mete en el papel y lo interpreta fielmente y da una cátedra de actuación de un personaje con varios matices, desde un líder fiel a sus principios hasta un personaje divertido, pasando por la contrariedad por la que tienen que pasar todos los políticos, la de tratar de empatizar con su pueblo a pesar de la vida privilegiada que han tenido y que no los hace sentirse identificados con el día a día de las personas a las que gobiernan. El resto del reparto también hace un buen trabajo, Kristin Scott Thomas y Lily James entregan unas actuaciones formidables, y el siempre ignorado por los premios, Ben Mendelsohn, quien comparte escenas magníficas con Oldman pero pasa desapercibido para quienes pueden nominarlo a premios importantes.
El guión es un acierto enorme al contar con elementos que hacen la historia mas llevadera, no es una biopic/crónica en la que todos los personajes están destinados a expresar diálogos forzados para hacer encajar el guión con los hechos reales, todos surge de forma muy natural y como las interacciones mismas de los seres humanos, es una cinta que cuenta con momentos cómicos, momentos intensos, suspenso y drama. Es extraño que la temporada de premios haya iniciado teniendo a esta película como una débil contendiente, en donde lo único reconocido era Gary Oldman y su caracterización, pero por fortuna recobró fuerza y ahora figura en más categorías. Este guion no es de los rubros mas reconocidos de la cinta, pero en gran parte a el se debe que se le pueda apreciar y el tiempo se pase volando cuando la vemos, tal vez su principal error sea el discurso triunfalista que maneja, sacado de las películas bélicas más cursis de Estados Unidos, su conclusión apegada a los hechos históricos pero con un feeling bastante rosa.
La fotografía es otro de sus grandes aciertos, Bruno Delbonnel hace un uso magistral de las luces y sombras pasando siempre la cámara por lugares oscuros, lugares cerrados y espacios muy reducidos, volviéndonos testigos de cómo todas estas decisiones se tuvieron que tomar a escondidas del pueblo inglés, de cómo a ellos solo les llegaron las conclusiones finales, mismas a las que pudo llegar Churchill hasta que no convivió y supo el sentir de las personas que viven y defienden su país, es una fotografía con una paleta de colores reducida, a lo que las luces pueden iluminar dentro de las oscuras habitaciones de la aristocracia inglesa, el departamento de arte también hizo un buen trabajo haciendo ver de forma nada decorosa estas mismas habitaciones, hay un dejo de descuido en ellas, llenas de vejestorios, polvo y con muy poca luz, haciendo ver a esta como una película sombría a pesar de que su argumento no lo es.
Podría irme por la salida fácil y decir que la apreciación hacia esta película se debe a lo bien que actúa Oldman, pero honestamente no me parece que ese sea su único acierto, es una película muy bien hecha, no es innovadora en casi ningún sentido pero son demasiados sus valores de producción como para no apreciar a esta como la buena película que es.