El historial de Greta Gerwig como directora es muy corto, solo tiene una película antes de la que nos tiene aquí (Nights And Weekends), y esa película la dirigió hace aproximadamente 10 años, de ahí en más se ha dedicado a otras labores cinematográficas hasta que retomó su carrera y fue todo un fenómeno mediático. Entonces ¿Cómo se le iba a ignorar en las entregas de premios? ahora habiendo alcanzado nominaciones importantes y figurar en la categoría de mejor director, esperemos que su labor sea más constante en este rubro. La cinta es una coming of age de esas que llegan al corazón del espectador y que en eso radica su principal apreciación.
Cabe resaltar que esta coming of age, está centrada en una chica que detesta su contexto y quiere salir de él, quiere entrar a una universidad de la costa este y nadie confía en que lo logre debido a su pobre desempeño académico. Esta chica vive con sus padres, su madre, muy preocupada por su futuro queriendo tener a su hija cerca durante toda su vida, su padre es un poco más liberal y está de acuerdo en que ella estudie lo que desea en la escuela que desea. En el proceso en el que Lady Bird está en la preparatoria, su personaje pasa por un desarrollo en el que varios espectadores nos sentimos identificados, cuando nos damos cuenta que tantas son las ganas de desprendernos de nuestras raíces que difícilmente nos damos cuenta del gran apego que tenemos hacia ellas, el entorno en el que crecimos y las personas con las que lo hicimos.
Las actuaciones en esta cinta son magníficas, Saoirse Ronan y Laurie Metcalf interpretan a madre e hija de forma convincente, la química (o lo que sea que tiene que haber entre ambas) es muy buena y se nota que le dedicaron tiempo a formar ese vínculo entre ambas, Ronan interpretando a esta chica ocurrente y todos los cambios que enfrenta en tan solo un año, las facetas por las que tiene que pasar por ella misma y el darse cuenta que de ahora en adelante las decisiones que toma no tendrán solo consecuencias inmediatas, sino que implicarán un aprendizaje para el resto de su vida. Por otro lado Metcalf como una madre que, como cualquier otra, no sabe idea de lo que le puede deparar el destino a sus hijos y por consiguiente desea tenerlos cerca, una mujer que es muy dura cuando tiene que serlo pero sabe ceder en algunas ocasiones. Aquí el crecimiento de estos personajes se da a la par, y ella comprende que, con ella, sin ella o a pesar de ella, sus hijos ya están grandes y mediante sus recursos tratarán de llegar a donde se lo proponen.
Como ya mencioné anteriormente, y como siempre pasa con películas así de pequeñas y sencillas, en su sencillez encuentran su virtud y su principal obstáculo para gustar, ya que, quienes nos dejamos llevar por esta cinta, encontramos en ella un muy buen relato, agradable y entretenido, muy bien hecho y que además tiene un toque muy personal de autora, con un desarrollo de personajes bastante bueno en el que todos “aprenden la lección” de forma muy natural sin forzar las cosas. Para quienes afirman que la película no es para tanto, puede que peque (desde su punto de vista) de ser muy simple, de no aportar nada al género pero que, en eso, no veo donde esté lo negativo, tal vez pueda no ser la gran película que la cinematografía esperaba, o un parteaguas en su género, pero eso no quiere decir que no sea una muy buena película.
El último elemento indispensable para que una coming of age funcione es su soundtrack, capaz de situarte en tiempo y lugar en donde se desarrollan los hechos, y en esta película es todo un deleite, con canciones de finales de los 90´s y principios de los 2000´s recopilando temas muy adecuados a la temática y escenas en las que aparecen.