Nacido en Inglaterra en 1973, Adrew Haigh inció su carrera como director apenas en 2003 con algunos cortometrajes, seis años tuvieron que pasar para que fimara su primer largometraje. Actualmente tiene ya 5 cintas con las que se ha consolidado como uno de los mejores nuevos directores del género dramático, son películas en las que el tema central son las relaciones y los vínculos, ya sea con otra persona o como en su cinta más reciente, con un caballo. Su predilección por las tomas abiertas vuelve a sus cintas un deleite visual ya que, si bien no recurre a paisajes vistosos o al preciosismo cinematográfico, en su retrato de la cotidianeidad todo se vuelve estéticamente perfecto.
Como ya mencioné antes, aquí solamente voy a hablar de sus largometrajes (aunque de uno de ellos tendré que hablar de la serie de tv que lo antecede), todos ellos escritos por él, guiones originales (excepto uno que es adaptación de un libro y otro adaptado de una historia corta) en los que la importancia de los diálogos aunque estos ahonden en la cotidianeidad de sus personajes, es lo más exquisito, un recurso que tuvo que pulir y que es notorio este proceso si se revisan sus películas en orden cronológico, por esto mismo es un director al que nunca se le tiene que perder la pista porque siempre estará en constante crecimiento. Comencemos con la revisión de esta corta pero muy, muy interesante filmografía:
Greek Pete (2009)
Película que, a manera de falso documental, nos narra un año en la vida de un escort inmigrante griego, que vive en el Reino Unido y que utiliza su nacionalidad como gancho para atraer clientes. En ese año vemos como es tratado por sus mismos clientes, vemos las conversaciones que tiene con sus otros amigos escorts y la relación con su pareja, también escort.
Como pueden notar en la sinopsis, no hay mucho qué decir de esta película, su propuesta es floja y sin una estructura convincente que te lleve a algún punto, se mete mucho en su papel como documental pero pareciera que la cámara solo está ahí, esperando a que pase algo interesante. Son muy notorias las intenciones de esta película, es mostrarnos a los escorts en su cotidianeidad, el ver de qué tratan sus conversaciones y ser testigos de narraciones sobre cosas que les han pasado, esa intencionalidad es buena al igual que las “actuaciones” que pongo entre comillas porque en realidad los actores se están interpretando a sí mismos solo que con otro nombre, resultan convincentes y funcionan dentro del contexto de la cinta, nadie está fuera de lugar o sale de su personaje por algún error. Al final no es más que una prueba de los recursos que veremos en lo que filmaría Haigh después.
Weekend (2011)
Relato de un fin de semana en el que Russell conoce a Glen en un antro, y lo que inicia como un encuentro casual, durante esos días se va confirmando como una potencial relación. En este tiempo descubriremos lo mucho que puede aprender el uno del otro ya que Russell siempre ha estado rodeado de personas heterosexuales y la expresión de su sexualidad ha quedado relegada a un aspecto lo más discreto posible, mientras que Glen convive todo el tiempo con personas con las que tiene más en común y que le han ayudado a expresar plenamente quien es, aunque duda mucho sobre lo que quiere y espera de sí mismo a futuro.
Los recursos de su opera prima son los mismos, tenemos un guion con demasiados diálogos cotidianos y una cámara que también se encarga de retratar la cotidianeidad de sus protagonistas. Pero a diferencia de su opera prima, la calidad de esta cinta es mucho, mucho mejor, aquí tenemos claro el desarrollo de la trama y sus personajes, la cotidianeidad es precisamente el elemento que le da valor a esta película y el hecho de que todo transcurra tan solo en un fin de semana la vuelve una cinta ágil, en la que ninguna escena está de sobra, aunque a veces creamos lo contrario, todo forma parte de la construcción de sus personajes y el relato es entrañable. La dirección de Haigh comienza a trazar su personalidad y sello característico, las tomas abiertas en exteriores y el retrato del día a día en los mismos, retrato que, dicho sea de paso, nos muestra que, aunque sus personajes vivan en un país como Reino Unido, en una década que aún no termina, siguen siendo víctimas de comentarios homofóbicos en las calles, lo que vuelve a esta cinta un documento valioso para demostrar que este sigue siendo un problema social latente.
45 Years (2015)
Kate y Geoff son una pareja que, en vísperas de la celebración de su 45 aniversario de matrimonio, reciben una noticia que generará una crisis marital: se ha encontrado el cadáver de la exnovia de Geoff congelado en un glaciar al que fueron a realizar alpinismo 60 años atrás. Esta noticia trae consigo la nostalgia de lo que hubiera pasado si su entonces novia no hubiera muerto y la inseguridad de Kate sobre los cimientos de su matrimonio. Todo se lleva a cabo en 6 días en los que la pareja tiene que decidir los últimos detalles de su festejo…si es que este se lleva a cabo.
Para esta película, Haigh ya tenía también en su filmografía la primera temporada de una serie de HBO, así que, entrenamiento en dirección y guion, nunca dejó de tener. Es bastante notoria la madurez en su trabajo, ya que sale de las temáticas de la diversidad sexual que se habían vuelto su zona de confort y decide hablar de otra clase de parejas, el guion tiene ahora los diálogos más pulidos, y el nivel de dramatismo es el óptimo (podría decir que para el público latinoamericano podría resultar un poco fría), su trabajo como director también se encuentra en su mejor momento y nos entrega una cinta bastante apreciable, es la película que le ha dado las mejores críticas hasta ahora y mucha de su apreciación se debe a la actuación de Charlotte Rampling quien resulta brillante (merecida su nominación al Oscar). Si algo puedo decir que no me gustó del todo es su ritmo, me parece de las menos digeribles de su director y eso influyó para que no me gustara tanto.
Looking: The Movie (2016)
Después de lo terrible que terminó Patrick en su relación con Kevin, decide mudarse fuera de San Francisco y regresar a su ciudad natal, sin embargo tiene que regresar para la boda de Agustín, las cosas obvias suceden, se encuentra a sus amigos, recuerdan los buenos tiempos que pasaron juntos pero, ¿Será lo más sano para Patrick ver a Kevin y cerrar ciclos? Tampoco ayuda que su exnovio Richie esté cerca de él todo el tiempo. Mientras todo esto pasa, Agustín duda sobre su matrimonio y lo mucho que cambiaría su estilo de vida.
Looking es de las series de HBO mas infravaloradas, tuvo tan solo dos temporadas y fue cancelada debido a los bajos ratings que tenía. De su primera temporada no hay mucho que rescatar, es una temporada con una calidad decente pero no sale del molde de las series sobre gente buscando el amor. Para su segunda temporada la serie mejoró mucho, y si bien no fue creada por Haigh, él se encargó de dirigir más de la mitad de sus episodios, y se notaba bastante su sello incluso en los episodios que no hizo. Para concluir la serie se propuso hacer una película, y quien mejor que Andrew para dirigirla y escribirla, dando como resultado una de las mejores películas de la historia que hayan salido de una serie. Desde el primer minuto nos encontramos con un trabajo hecho con mucho sentimiento por parte no solo de sus creadores sino de sus protagonistas, quienes saben que es el final pero no por ello van a entregar algo de mala calidad, el desarrollo de personajes es muy natural, y llegan al punto final que se espera, no hay recursos sacados de la manga que pudieran entorpecer el curso de estos personajes o que volvieran inverosímil su trama, si bien dura muy poco, en ese corto tiempo se concluyen muchísimas cosas. Ahora, hablando de los recursos técnicos, todo lo que caracteriza a la serie sigue presente, de nuevo tomas abiertas en exteriores, el uso del neón como iluminación en las tomas nocturnas no solo en los antros sino en otros establecimientos, y una que otra escena mindfuckeante (cuando Riche regresa a buscar a Patrick y se ve su reflejo en el espejo de la pista de baile, por ejemplo) son recursos que nos hablan de que, si bien pudo parecer solo un episodio extendido, Haigh supo cómo convertirla verdaderamente en una película que se puede apreciar por si misma (mas no comprender, porque, recordemos, se hizo para finalizar una serie).
Lean On Pete (2017)
Charley es un adolescente que bien puede entrar en lo que conocemos como “nini”, vive con su padre quien se hace cargo de todo desde que su madre de fue de casa. El joven suele despejar su mente saliendo a correr y es en uno de sus recorridos que conoce a Del, un entrenador de caballos quien los lleva constantemente carreras y apuesta dinero por ellos, Del contrata a Charley como su ayudante, ahí el chico comienza a aprender muchas cosas sobre los caballos y a encariñarse con ellos, especialmente con “Lean on Pete” (Pete para los cuates), un caballo que no da una, que a veces corre y gana pero muchas de las veces no lo hace bien, lo que orilla a Del a querer venderlo a otro criador. La pérdida de su padre y la amenaza de perder a Pete hacen que el joven decida robar al caballo e irse a vivir con su tía a un poblado lejos de ahí.
Estamos ante una película que utiliza las convencionalidades a su favor, ya que, una vez que se lee la sinopsis comienzan a venir muchas películas a nuestra cabeza que tratan de lo mismo, pero tratándose de una historia que le gustó lo suficiente a Haigh para hacer una película de ella, sabemos que tiene que compartir algo de su estilo, y lo que podría ser una cinta de superación personal en la que todos resultan ganadores y triunfadores, se convierte en un muy intenso drama sobre la búsqueda de un vínculo por parte de un adolescente que lo ha perdido todo. La cinta nunca cae ni de ritmo ni de tono, es a la vez el trabajo más accesible del director y el que más ha impreso su sello personal, está excelentemente filmada y es una gran injusticia que en su momento no haya hecho suficiente eco ara colarse en diversas entregas de premios. La actuación de Charlie Plummer es excelsa, al nivel de muchas otras stand alone movies, la fotografía es el elemento más valioso de la cinta, con encuadres muy estéticos y movimientos de cámara perfectos. Es una película que seguramente tendrán ganas de ver más de una vez y que, sin recurrir al melodrama resulta efectiva en el mensaje que quiere transmitir.
Si ordenara las películas de este director de la que más me gustó a la que menos, quedarían así: